La Industria 4.0 lleva ya unos años en el centro de la transformación económica de Italia y del mundo.
En 2016 se puso en marcha en Italia un plan gubernamental ad hoc, que posteriormente fue objeto de revisiones y modificaciones. Pasamos de Piano Industria 4.0 a Piano Impresa 4.0 y, por último, a Piano Nazionale della Transizione 4.0.
Estas innovaciones resultaron esenciales para contrarrestar la crisis generada por la pandemia del Covid-19.
La Industria 4.0 es un proceso que se deriva de la Cuarta Revolución Industrial y expresa una visión de futuro según la cual, gracias a la implantación de tecnologías digitales, las empresas aumentarán su eficiencia y competitividad mediante la interconexión y cooperación de sus recursos, tanto internos de la fábrica como externos, distribuidos a lo largo de la cadena de valor.
Las nuevas tecnologías digitales tendrán un profundo impacto dentro de 4 direcciones de desarrollo:
Utilización de datos, potencia de cálculo y conectividad, y se declina en big data, open data, Internet de las Cosas, machine-to-machine y cloud computing para la centralización de la información y su almacenamiento;
Analítica. Una vez recopilados los datos, hay que obtener valor de ellos. Hoy en día, sólo el 1% de los datos recogidos es utilizado por las empresas, que en cambio podrían beneficiarse del «aprendizaje automático», es decir, máquinas que mejoran su rendimiento «aprendiendo» de los datos que recogen y analizan;
Interacción entre el hombre y la máquina, con interfaces «táctiles» cada vez más extendidas y realidad aumentada;
la fabricación aditiva, la impresión en 3D, la robótica, las comunicaciones, las interacciones entre máquinas y las nuevas tecnologías para almacenar y utilizar la energía de forma selectiva, racionalizando los costes y optimizando el rendimiento.
Como se había previsto, en 2016 el Gobierno italiano incluyó en la Ley de Presupuestos para 2017 un plan para la Industria 4.0 con una movilización de más de 10.000 millones de euros, que permitirá iniciar la transición hacia la Cuarta Revolución Industrial.
El plan incluye algunos puntos de interés:
Estimular la inversión privada en Industria 4.0 mediante la introducción de incentivos fiscales para las empresas;
Asegurar, mediante el apoyo a la banda ultraancha, la presencia de instalaciones de red adecuadas, garantizando al mismo tiempo la seguridad de los datos y fomentando la cooperación internacional;
Estimular la formación de personal competente y la investigación mediante la creación de itinerarios formativos ad hoc;
Difundir el conocimiento y el potencial de aplicación de la Industria 4.0 y definir la gestión del sistema con la coparticipación pública y privada en el proceso.
En Europa, Alemania es líder en la transición hacia la Cuarta Revolución Industrial y el acercamiento a la Industria 4.0. De hecho, representa un precursor, ya que lleva varios años prestando especial interés al desarrollo de este sector.
También se han emprendido enfoques planificados en Italia, como ya se ha mencionado, y en Francia, mientras que Gran Bretaña, sin ninguna postura política importante al respecto, corre el riesgo de quedarse rezagada con respecto a los demás países europeos.
En Estados Unidos, en cambio, se favorece el proceso de forma diferente a las técnicas y estrategias europeas, pero sin duda se sigue apoyando con vistas a garantizar una mayor productividad reduciendo el impacto de los costes.
Varios expertos intentan comprender qué cambios experimentará el mundo laboral y qué nuevos empleos se demandarán.
Lo que sí sabemos es que se crearán 2 millones de nuevos empleos, pero al mismo tiempo desaparecerán 7 millones. Italia sale empatada, mejor que países como Francia y Alemania.
Las pérdidas se concentrarán en las áreas administrativa y de producción, compensadas por las finanzas, la gestión, la informática y la ingeniería.
Las competencias y habilidades requeridas cambiarán en consecuencia: la resolución de problemas seguirá siendo la habilidad blanda más buscada, mientras que el pensamiento crítico y la creatividad empezarán a ganar importancia.
Según el Director Científico de los Observatorios de Innovación Digital del Politécnico de Milán, Alessandro Perego, precisamente porque se trata de un escenario que evoluciona rápidamente, es necesario evolucionar para cosechar todos los beneficios.
«Sin embargo, nuestro país debe saber aprovechar plenamente los beneficios de la Cuarta Revolución Industrial, poniendo en marcha iniciativas sistémicas para el desarrollo de la Fabricación Inteligente y dotando a los trabajadores de competencias digitales para las tareas del futuro.»
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